El “Tren Burra” (llamado así por su baja velocidad) circuló entre 1915 y 1969 por diversas localidades del sur de nuestra provincia. En una época en la que las carreteras eran inexistentes o de muy mala calidad, a través de este tren que conectaba con las líneas férreas principales, se daba entrada y salida a todo tipo de mercancías en la zona.
En 1884 la Compañía de Ferrocarril Económico construyó la línea Valladolid- Medina de Rioseco. Seis años después se hizo el ramal Valladolid – San Bartolomé y Campo de Béjar, que desaparecería en 1952. En 1912 Alfonso XIII inaugura la línea Palencia- Villalón y Medina de Rioseco- Villada, desarrollada por la Compañía Española de Ferrocarriles Secundarios de Castilla. El tramo desde Palanquinos a Medina de Rioseco empieza a funcionar el 30 de abril de 1915. En 1932 las dos compañías se fusionan bajo el nombre de Ferrocarriles Secundarios de Castilla.
El “Tren Burra” se convirtió rápidamente en un medio de transporte habitual de mercancías y pasajeros de toda la comarca; tanto es así que en 1942 el Ayuntamiento de Valencia apoya una moción para pedir a los de León, Valladolid, Medina de Rioseco y Valderas su apoyo a un proyecto de continuación de la línea desde Palanquinos a León para enlazar con el Ferrocarril León – Bilbao. Esto nunca llegaría a llevarse a cabo y poco a poco, el “Tren Burra” entraría en una etapa de crisis permanente.
Ya desde los años 50 se venía hablando del cierre de la línea. El ABC del 10 de junio de 1956 se hacía eco de ello y señalaba la importancia que este ferrocarril tenía para la economía de la zona. En 1965 el Estado se haría cargo de la línea integrándola en la FEVE e intentando reflotar la compañía. En 1966, otra vez en el ABC, se señala que su desaparición es inminente y, aunque se reconoce que su estado es muy precario (mantenimiento inadecuado de instalaciones, vías y máquinas, incomodidad…) se piensa que la solución no es su desmantelamiento sino una renovación “a gran escala”. El 19 de abril de 1969 la misma publicación dedicaba un espacio al tema en un artículo titulado “La prevista desaparición del tren de Rioseco plantea un grave problema regional”. Finalmente, el “tren burra” continuaría funcionando hasta el 11 de julio de 1969, día en el que hace su último viaje transportando a muchos periodistas que cubrieron la noticia. La falta de rentabilidad, la mala gestión y el éxodo demográfico a las ciudades durante a década de los 50, fueron las causas de su desaparición.
La memoria del «Tren Burra« permanece viva a través del nombre que los lugareños de Valencia de Don Juan y Valderas dan a los barrios que se sitúan alrededor de lo que fueron sus estaciones de ferrocarril. También en Gigosos hay una Calle de la Estación.
Muchas personas recuerdan todavía anécdotas e historias relacionadas con el tren. Se cuenta, por ejemplo, que en otoño los jóvenes se bajaban del tren en marcha para coger unos racimos de uvas y se subían de nuevo sin ningún problema o que los propios viajeros tenían que mantener encendida la estufa en invierno.
Después del cierre, las vías y puentes fueron desmantelados y el resto de infraestructuras (estaciones, almacenes, letrinas…) abandonadas. Se conservan tan sólo dos locomotoras, una en la plaza de San Bartolomé de Valladolid y otra en el parque de Medina de Rioseco. Estas locomotoras eran popularmente llamadas “Chocolateras”. Desde los años 60 se utilizaron automotores.
A partir de los 90 comienzan a elevarse voces que piden la recuperación de los restos y el trazado del “Tren Burra”.
El ayuntamiento coyantino adquiere en 1992 los edificios y terrenos situados en el municipio a la FEVE y propone un proyecto de Vía Verde para recuperar el recorrido del antiguo tren. El primer tramo, de 1760 metros, se termina en 1994 y une la urbanización de Valjunco con Valencia de Don Juan. Esta gran idea atrajo a otros municipios de la zona y así, en 1995 se abre el tramo de 11 kilómetros desde Valencia a Castrofuerte. El proyecto, que se llama “Ruta verde, la Vía” se ha ampliado a otros municipios castellanos y leoneses y parece que va a continuar adelante. En la página web de la Fundación de los Ferrocarriles Españolas se explica el porqué del programa de vías Verdes:
“En España existían en 1993 más de 7.600 kilómetros de líneas que ya no tienen servicio de trenes, o que nunca llegaron a tenerlo por quedar inconclusas las obras de construcción. Este patrimonio de gran valor histórico y cultural, está rescatado de su olvido y la desaparición total, dado que ofrece un enorme potencial para desarrollar iniciativas de reutilización con fines ecoturísticos, acordes a las nuevas demandas sociales.”
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Texto y fotografía: María Gómez