En entradas anteriores hemos hablado de distintos puentes de hierro, bien de carretera, bien de ferrocarril. Vamos a terminar hoy nuestra relación de los primeros. Un ejemplo llamativo es el Puente de Carrizo sobre el río Órbigo situado entre Carrizo y Villanueva de Carrizo. Anteriormente hubo diversos puentes de madera que a menudo eran destruidos por las crecidas del río. En 1887 se aprueba un proyecto de construcción de un puente de hierro de celosía tipo San Andrés. El proyecto lo firma el ingeniero Don Manuel Diz Bercedóniz que también realizaría el del ensanche de la ciudad de León en…
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Sobre el río Tuerto, afluente del Órbigo, pasan dos puentes de hierro que han sido restaurados en años recientes. El 16 de mayo de 1906 se inaugura provisionalmente el puente Victoria, también llamado puente de Requejo, en la carretera provincial 622, salida de La Bañeza a León. A dicho acto acuden las autoridades provinciales y el obispo. El nombre del puente es un homenaje a la futura esposa del rey Alfonso XIII y sobrina de la reina de Inglaterra, Victoria Eugenia de Battemberg. La prensa de la época se hizo eco del hecho:
El puente de Valderas sobre el río Cea se sitúa en la carretera local de Valderas a la Nacional VI, al oeste de Villafer en dirección Villaquejida y está a las afueras del pueblo; es un Bow-string tipo Pratt y se construyó entre 1909 y 1917. En la misma carretera, al oeste de Villafer y también en dirección Villaquejida se encuentra el que tal vez es el ejemplo más espectacular de puente de hierro de nuestra provincia. Anteriormente, el paso sobre el río Esla se realizaba en barca y cuando se decidió construir el puente, se optó por un modelo…
Los puentes de hierro de carretera fueron construidos: “siempre en tramos rectos: abundan las celosías roblonadas en cruces de san Andrés, de tablero superior y escasa luz- menos de 10 metros-, generalmente situados en carreteras locales; pero para salvar luces más grandes – incluso superiores a 40 metros-, tres son las tipologías empleadas: las celosías enrejilladas, las cruces de San Andrés dobles o las de tipo Bow-string (…)” (Fernández Ordóñez, Abad Balboa y Chías Navarro: 1988, 35)[1]
Los puentes siempre han sido metáforas. Metáforas de unión, de avance, de progreso… Los puentes de hierro además simbolizaron la modernidad en su época. Aparte de su indudable belleza estética, se levantan como testigos mudos de un tiempo muy concreto, el de la tardía extensión de la Revolución Industrial en León. Hoy, algunos de esos puentes se han convertido en centenarios y otros caminan, con mayor o menor fortuna, hacia el cumplimiento de su primer siglo pero todos ellos son señas de identidad importantes en aquellos pueblos y comarcas donde están situados.