Hay sonrisas y sonrisas. Sonrisas sinceras, falsas, luminosas, tristes…Después, hay sonrisas enigmáticas como la de la Mona Lisa y también la sonrisa de Buda. Es una sonrisa un poco extraña que solo se esboza y no acaba de romper. Una especie de sonrisa de “yo sé que tú sabes que yo sé” o de “tú sabes que yo sé que tú sabes”; comparte un secreto con nosotros mientras parece disolverse en el aire.
No sabemos si el artista anónimo que ha sembrado por la capital estas sonrisas tenía en mente a Siddharta Gautama, Buda, cuando las pintaba pero en todo caso, cada vez que veo una mis pensamientos sí vuelan a él. Lástima que otros se dediquen a destrozar algo tan cándido, tan naif y tan misterioso como esta sonrisa.
Texto: María Gómez
Fotografía: Antonio Juárez