En el medieval barrio de San Claudio, se erige la Iglesia del mismo nombre. Dedicado al mártir Claudio, hijo del centurión Marcelo, este templo esconde un tesoro pictórico poco conocido: los murales de Alfonso Fraile.
En el año 1957 Doña Paz Fernández Peña encarga el proyecto de la iglesia al arquitecto y presidente de la Diputación Ramón Cañas del Río; el pintor sevillano Alfonso Fraile realizará las pinturas interiores.
Alfonso Fraile (Marchena, 1930- Madrid, 1988), era por entonces un joven de 27 años que llegaría a convertirse en uno de los pintores más interesantes de su generación; así lo atestiguan la concesión del Premio Nacional de Artes Plásticas en el año 1983 y la retrospectiva que le dedicó el Museo Reina Sofía en los años 98-99.
Los murales de San Claudio forman parte de la etapa neocubista del pintor. Realizados en temple sobre el yeso de las paredes, fueron restaurados en el año 98. En colores cálidos se representan distintas escenas entre las que destacan la Santa Teresa de Jesús del altar, el descendimiento en el lado derecho del mismo y San Claudio acompañado de sus hermanos Lupercio y Vitorico a la izquierda.
En 1992 nace en la Parroquia la Cofradía Santo Cristo de la Bienaventuranza que continúa procesionando a día de hoy en la Semana Santa leonesa. En la propia iglesia de San Claudio se encuentran expuestas al culto las imágenes del Jesús Nazareno, el Santo Cristo de la Bienaventuranza, la Piedad y la Virgen de la Pasión.
Cualquiera que entre en esta iglesia se sentirá sin duda conmovido por los enormes ángeles músicos y cantores inmovilizados para siempre por el pincel de Alfonso Fraile.
Texto: María Gómez
Fotografía: Antonio Juárez