La iglesia de San Julián y Santa Basilisa en Valdavida no tiene, aparentemente, nada que la haga singular; es como tantas iglesias que hay en todos los pueblos. Sin embargo, como todos esos templos, algo la hace especial para sus vecinos, es su iglesia.
El edificio, construido en el s. XIII, entró a finales de 2013 en la Lista Roja del Patrimonio gestionada por la asociación Hispania Nostra debido a que existía posibilidad de “ruina, derrumbe y pérdida total o parcial de elementos realizados en madera”.
La espadaña fue parcialmente reedificada en el s. XVIII ya que tras el terremoto de Lisboa de 1755 la original sufrió grandes daños y se derrumbó. La parte inferior es original y está realizada en sillares, la superior, reconstruida tras el terremoto, en ladrillo mudéjar. Actualmente la espadaña está recorrida verticalmente por una grieta que hace temer por su integridad.
El retablo mayor datado en el s. XVI y de estilo renacentista, ya fue descrito por el historiador y arqueólogo Manuel Gómez-Moreno en su catálogo monumental de León (1906-1908):
… banco lleno de relieves de estilo italiano, figurando escenas de la Biblia, patriarcas, evangelistas, etc.; sagrario pequeño, de orden jónico… En los demás huecos, doce tablas pintadas, rafaelescas, de carnes rojizas, entonación viva y aun agria…
El retablo presenta un importante deterioro por insectos xilófagos que han devorado la estructura, pérdidas en las pinturas y desplome hacia atrás. Los otros cuatro retablos existentes en la iglesia tienen problemas similares debidos a la humedad y los xilófagos.
A principios del año 2013 se creó la Asociación Cultural Fonsagrada que en colaboración con la junta vecinal, demandan la restauración de la iglesia. Gracias a ellos y a una subvención del Obispado y del Instituto Leonés de Cultura (ILC) se ha conseguido dar un pequeño tratamiento de conservación a un retablo lateral dedicado a San Sebastián.
La iglesia de Valdavida todavía nos deparará alguna sorpresa más: un curioso ramo leonés. El ramo llevaba muchos años tirado en un trastero de la iglesia hasta que Gloria, vecina del pueblo, lo rescató de su oscuro destino y lo restauró. Datado como de finales del s. XVII tiene dos características que lo hacen especial. La primera es el hecho de estar construido en metal con un dibujo repujado (lo habitual es madera), la segunda, el tener nueve velas en lugar de doce. Dentro de la catalogación de ramos leoneses que está llevando a cabo la asociación Raigañu al de Valdavida se le ha consignado el número 171 y se ha señalado que en la actualidad, es el único metálico.
Esperemos que el futuro y las administraciones sean generosos con la iglesia de Valdavida, con su iglesia.
Texto y fotografía: Antonio Juárez