La capital leonesa está hermanada con varias ciudades del mundo. Una de ellas es su homónima mexicana, el León del estado mexicano de Guanajuato.
El diccionario de la RAE nos dice que una de las acepciones de “hermanar” es la de:
“Establecer lazos de amistad y cooperación entre dos municipios o poblaciones relacionadas por su toponimia, historia, rango o por cualquier motivo.”
El León mexicano

En diciembre de 1575 el entonces Virrey de la Nueva España, Martín Enríquez Almanza, expidió el decreto que permitía fundar una población en un lugar llamado Valle de Señora. La ciudad se funda en enero de 1576 y son el Capitán Juan Alonso de Torres, Juan Bautista de Orozco y un grupo de españoles e indígenas, los encargados de ello. Nace así la Villa de León. Al parecer, el nombre se le da como homenaje al virrey, que era oriundo de lo que había sido el antiguo Reino de León (algunos dicen que de Toro, Zamora). Martín Enríquez ejerció como virrey de la Nueva España desde 1568 a 1580, después fue nombrado virrey de Perú, cargo que ostentó solo durante tres años, desde 1580 hasta su muerte en 1583.
Más de cuatro siglos después, el León mexicano y el nuestro se hermanan a través de sendas ceremonias que tienen lugar en nuestra ciudad, en octubre de 1978 y en México, en febrero de 1979. Eran entonces alcalde Oscar Rodríguez Cardet y Presidente de la Cámara de León (Guanajuato) Roberto Plasencia Saldaña. Veintitrés años más tarde, la ciudad mexicana regala a la nuestra una extraordinaria escultura. La obra es colocada en una glorieta del barrio de Eras de Renueva, celebrándose un acto de inauguración que cuenta con la asistencia de D. Fortino Caballero Licéaga, representante municipal de la ciudad mexicana del estado de Guanajuato y de D. Carlos Terrés, el escultor autor de la obra.

El poderoso león de 3,50 metros está realizado en terroca (roca de Terrés), un material desarrollado por el propio escultor en su taller a partir de mármol, piedra caliza y cemento. Un detalle a destacar es el hecho de que la cola del animal es una serpiente azteca, símbolo primordial del mundo prehispánico.
El currículum de Carlos Terrés es impresionante. Es un artista total que tiene obra pictórica y escultórica en colecciones permanentes de América, Asia, Europa y Oceanía y que ha expuesto en innumerables países. En nuestra comunidad tenemos la fortuna de poder disfrutar de su obra en lugares como Salamanca, Medina del Campo y Cigales entre otros.
Carlos Terrés al inaugurar su obra, señalaba:
“(…) para mí fue motivo de satisfacción, el haber tenido la oportunidad de modelar este león, que simboliza el inicio de la senda amistosa entre las ciudades, en este año memorable del inicio de un nuevo milenio de esperanza. Crear estas esculturas, ya que en México tenemos en León dos de ellas, fue tratar de simbolizar la unión de dos corrientes, México y España (…) en él he tratado de resituar una figura mitológica prehispánica, en el contexto del siglo XXI y en la perspectiva del acervo cultural de León, España, he dado lo heredado de nuestra antigua cultura con la riqueza profunda de nuestra actualidad….”
Sus palabras reflejan sin duda los profundos lazos que unirán siempre a España y México.
Texto: María Gómez
Fotografía: Antonio Juárez