En el aparcamiento de Santa Nonia, al lado de la Biblioteca, hay un montón desordenado de piedras apiladas. Esas piedras formaron parte del edificio del Hospicio de León, demolido en los 60.

En un artículo publicado en 2009, el profesor de la Universidad de Alfredo Martín García, cuenta que es en el siglo XVI cuando la cuestión de la protección del niño comienza a preocupar en Europa. Importantes pensadores de la época señalaban “la necesidad de alejar a los niños de la mendicidad, por todos los terribles inconvenientes que traía consigo, comenzando por la explotación del menor y continuando por su más que probable caída en la delincuencia”
En nuestra ciudad se crearon varias obras para afrontar el problema de los niños expósitos y abandonados. La más antigua fue el Arca de Misericordia; aunque se desconoce la fecha exacta de su creación sí se tiene constancia de su actividad desde el siglo XV. Esta institución, que dependía del cabildo de la catedral, desapareció a comienzos del XIX.

En el siglo XVI se funda el Colegio de los Niños de la Doctrina que se sostenía precariamente con contribuciones municipales y también con donaciones y limosnas. Precisamente las continuas dificultades económicas fueron causa de su desaparición en el último cuarto del siglo XVIII.
La institución que nos ocupa hoy, el Hospicio, se funda en 1793. Se trataba del primer edificio construido para ejercer su función y su nacimiento se debe al Obispo Cayetano Antonio Cuadrillero. El Hospicio terminó fusionándose con el Arca de Misericordia a principios del XIX y en 1838 la Diputación Provincial de León asumió su dirección. Una de las grandes aportaciones del nuevo centro fue la de ofrecer la posibilidad de obtener una cualificación laboral a los niños de edad más avanzada.
El Hospicio se levantaba en el área que hoy ocupan el Conservatorio y el edificio de Correos. En su edificación se aprovecharon parte de las instalaciones de la Real Fábrica de Tejidos e Hilados de León, factoría en uso desde 1751 a 1769. La Real Fábrica tenía una portada llamada “Puerta de la Reina”, muestra del escaso barroco civil leonés; en 1946 la puerta fue desmantelada y trasladada a la que es hoy la Audiencia Provincial, situada frente al Parque del Cid.

En una breve publicación sin datar, se describen las instalaciones del antiguo Hospicio:
“(…) hay tres capillas, salas de estudios y de lectura, dos amplios comedores, ocho dormitorios, enfermería, varios salones, cuatro espaciosas aulas, múltiples guardarropas, cinco patios, dos frontones y hermosa cocina. Tiene, además, sala de Dirección, Administración, Contaduría y talleres para los diversos oficios y labores de que hacemos mención más adelante”
El Hospicio de León se cerró en 1956 y empezó a derribarse en 1964; tres años después había desaparecido. Las piedras se amontonaron y una fuente que existía en el edificio se desmontó y se trasladó a San Marcos. Un nuevo hospicio nació en la carretera de Carbajal y se denominó “Ciudad Residencial Infantil San Cayetano”. Todo esto lo cuenta Casimiro Bodelón, el que fue último director de la residencia.
Como recuerdo de esta historia quedan las tristes piedras amontonadas en el solar de Santa Nonia desde hace casi 50 años.
Texto: María Gómez
Fotografía: Antonio Juárez