«…y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar» Nos vamos de vacaciones pero volveremos puntuales en septiembre. Aunque los versos de Machado son bellísimos, en nuestro particular camino sí podemos echar la vista atrás y recordar los temas que hemos desgranado estos meses. Esperamos que los disfruten de nuevo.
En el aparcamiento de Santa Nonia, al lado de la Biblioteca, hay un montón desordenado de piedras apiladas. Esas piedras formaron parte del edificio del Hospicio de León, demolido en los 60.
En un artículo publicado en 2009, el profesor de la Universidad de Alfredo Martín García, cuenta que es en el siglo XVI cuando la cuestión de la protección del niño comienza a preocupar en Europa. Importantes pensadores de la época señalaban “la necesidad de alejar a los niños de la mendicidad, por todos los terribles inconvenientes que traía consigo, comenzando por la explotación del menor y continuando por su más que probable caída en la delincuencia”
Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. (Mt 27, 3-5)
…y al parecer escogió las ramas de un Cercis siliquastrum para acabar con su vida.
El “Tren Burra” (llamado así por su baja velocidad) circuló entre 1915 y 1969 por diversas localidades del sur de nuestra provincia. En una época en la que las carreteras eran inexistentes o de muy mala calidad, a través de este tren que conectaba con las líneas férreas principales, se daba entrada y salida a todo tipo de mercancías en la zona.